dimecres, 21 de novembre del 2007

SOBRE DOS RUEDAS / MI MOTO Y YO


Hoy he ido de paseo, Joan me ha llevado con su moto y unos
cuantos amigos más.
Cuando me comentó la excursión no es que sintiera gran emoción,
-las motos son muy peligrosas- se ha oído siempre,
-son máquinas de matar- dicen muchos,
-los motoristas no tienen respeto-, dicen la mayoría,
así que cuando subí a la moto pensé, “Que Dios me proteja”.
Joan tiene una FZ1, o séase una máquina muy potente,
-¡Que locura!- deben pensar muchos ahora,
tal vez sea una locura y yo haya estado loca,
pero en mi experiencia de hoy,
he comprendido otro punto de vista.
Hemos llegado tarde a nuestra cita de las nueve,
un compañero se ha demoradoy eso nos ha retardado,
pero allí estaban todos, esperando para salir juntos.
Los motores se pusieron en marcha, las miradas se cruzaban,
todos pendientes unos de otros. Sin aún haber tomado el café y
con los ojos aún dormidos, sentía como el aire me iba
despertando, sentía cada movimiento sobre el trazado
de la carretera y esa sensación… de libertad,
libertad entre barrotes de afiladas guillotinas,
cuando yo era pequeña siempre me dijeron que los guardarrailes
servían para salvar vidas, las vidas de los ocupantes de un vehículo,
pero nadie pensó en la carrocería de una motocicleta,
nadie pensó en un sano deportista en bicicleta.
¿Qué sucede si empieza a llover fuerte y el motorista resbala?
¿Qué sucede si empieza un fuerte viento y se pierde el equilibrio?
¿Qué sucede si uno tropieza y resbala hacia el sistema de protección?
Pues sucede que la protección no está diseñada para dos ruedas,
sucede que la libertad se terminó.
No íbamos a gran velocidad, era un paseo, me fijé en algunos
motoristas que se cruzaban, todos hacían una señal con la mano,
me fijé que en nuestro carril también todos lo hacían y me cercioré
que esa señal en forma de V que todos hacían es una mera manera
de saludarse y tal vez, de expresar la satisfacción de estar
disfrutando de la moto. ¿o tal vez esa V signifique “vive la vida”?
Éramos unas 30 motos a lo largo de la carretera, íbamos en fila de
uno, pero todos parecían saber donde estaba cada uno,
nos encontramos todos de nuevo en una gasolinera, alguien necesitó
repostar y todos le siguieron, un equipo siempre va junto,
carretera y amigos compartiendo una experiencia en una asombrosa
buena convivencia, ¿no es ese el goce que todos quisiéramos
disfrutar en la carretera?.
Observé que aún cuando un motorista viaja solo,
siempre va en compañía, observé que cuidan unos de otros,
que se ayudan si un motorista desconocido tiene problemas,
observé cuan educados son saludando siempre a sus vecinos y
observé, que no todos son el lado oscuro que la mayoría cree.
Ya de vuelta y habiendo oscurecido JoanR6 y yo decidimos volver por
la autopista, que caótico hormiguero puede resultar el pasar por el
peaje, algunos vehículos parecen no decidirse por qué carril escoger,
se despistanen sus movimientos en un intento de buscar monedas y
convierten la vía en un campo de meteoritos donde los motoristas
circulan esquivando y observando otros vehículos mayores que
parecen no cerciorarsede nuestra presencia. Una vez superada la
gimkama y predispuestos a pagar,la intermitente prisa suena en los
claxon, ¿Nadie se ha parado nunca a observar a un motorista en un
peaje? No es solo bajar la ventanilla y sacar las monedas, es
sacarse el guante, sostenerlo con la boca, meter la mano en el
bolsillo como se puede y sacar las monedas y luego aún con el
guante en la bocacircular hasta el arcén y acabar de ponerse la
vestimenta, si alguien tiene prisa que pase por el Tele Tac,
que las carreteras no están hechas para correr.
Y me digo yo, después de estas muestras de civismo, de respeto y
de compañerismo ¿por qué se les odia tanto a los motoristas?
Un coche no acostumbra a parar si te quedas tirado con el tuyo en la
cuneta, un motorista jamás pasará en vano ante otro.
En un coche uno no asoma la mano para saludar, hoy todo el mundo
nos saludaba. ¿No es eso acaso lo que deberíamos salvar? El civismo,
el respeto y la amabilidad
¿Por qué no entonces protegerles un poco más?
Hoy una familia se salvó gracias a que el coche se golpeó contra el
guardarrailes, si nos hubiera pasado a nosotros
… no quiero ni pensarlo.

divendres, 19 d’octubre del 2007

Es posible


A los que me conocéis y a los que no también,
todo es posible si no deambulamos en el camino.
Las cosas nos suceden, tal vez por un motivo,
tal vez debamos aprender aquello que nuestra mente no ve.
Tiempo atrás estuve muy enferma,
fueron años de mucho sufrimiento,
mi cuerpo no reaccionaba y mi mente se bloqueaba
en un mundo de horror.
Rabia, enfado e impotencia
se reflejaban en mi dolor.
Las alegrías no existían y la vida no tenía color.
Medicación y más medicación,
no había tregua en mi corazón,
que se ocultaba en un cuerpo
hastío de dolor.
Imposible levantarme,
también el lavarme.
Imposible ir a la compra,
imposible vestirse sola.
Ayuda para comer,
ayuda para beber,
para levantar el brazo
o para dar un paso.
Necesitará bastón para caminar,
mecanismos de apertura fácil
para todas las puertas,
medicación para toda la vida,
que se olvide de soñar.
Pues eso no es así!
Mi sueño yo seguí,
luché y sufrí hasta llegar aquí,
fui sorda a quién decía que NO,
escuché a quién decía que SI
y sobretodo,
me escuché a MI.

Han pasado ocho años
y aún me queda mucho por hacer.
He sustituido la incapacidad laboral,
he sido directora, secretaria, educadora
e incluso repartidora.
He bailado, saltado, nadado…
…todo muy despacio.
Esta es una foto de mi última travesía,
subí a los Picos de Europa,
bajé diez de sus catorce kilómetros caminando,
para los excursionistas tal vez no es mucho,
para mí, todo un reto.
Hace ocho años empecé caminando cinco metros,
hoy camino diez kilómetros,
hace ocho años no podía doblar las rodillas,
ahora voy en bicicleta todos los días.
Hace ocho años no podía sostener una barra de pan,
hoy salgo a la montaña cargada con mi mochila.
Hace ocho años creí que la vida era horrorosa,
hoy pienso que es muy hermosa.
A menudo la mejor medicina
no es la que te recetan,
a menudo la mejor medicina,
es uno mismo.
Yo he aprendido,
que la lucha te lleva a un mejor destino,
que la sonrisa es la mejor aspirina,
que la bondad hace que el corazón se abra,
que el agradecimiento es la base del perdón,
que el rencor daña nuestro humor.
Y he aprendido que de todo lo malo,
hay algo bueno,
que las equivocaciones
son un paso adelante.
Y he decidido vivir más
y quejarme menos.
A todos vosotros os quiero decir,
que todo lo que necesitamos
reside en nuestro interior.
Yo he conseguido,
lo que médicos daban por imposible,
somos nosotros los que decidimos
qué es posible.

dimarts, 2 d’octubre del 2007

Volando del nido

Desde mi rincón siempre escribo, aquello que siento, aquello que he aprendido,
aquello que la vida me ha mostrado, los cambios con los que evolucionamos,
caminamos y maduramos. Aquellos cambios que aparecen en el camino,
esperados e inesperados, los que nos hacen sentir bien y
los que nos encogen el corazón.
Cambiamos de casa, cambiamos de amigos, cambiamos de trabajo,
cambiamos de estilo, siempre estamos cambiando y a veces parece pesado.
¿Pero no son acaso los cambios, los que nos hacen sentir que caminamos?

Ahora ya te has ido, dejas huella de tu paso por mi camino,
ahora madurarás, crecerás aún más, te llenarás de nuevas experiencias
y obstáculos que superar.
Si me necesitas, tu madre siempre estará.
Ahora tu hogar tú lo formarás, dándole calor, paciencia y sabiduría,
de él crecerán nuevas expectativas, lucha y serán conseguidas.
No olvides regar siempre tu amor, ponle canela a tu relación,
escucha lo que te han de contar, abraza cuando veas llorar
y sonríe al madrugar.
Yo ahora voy a seguir, no te preocupes por mí, ya de jovencita aprendí
que lo mejor está aún por venir.
Ahora empiezo un nuevo camino, una etapa nueva para mí, llena de ilusión
y de nuevos sueños por cumplir, pero no me asusta mi nuevo porvenir,
pues sé que tu estás junto a mí.