divendres, 19 d’octubre del 2007

Es posible


A los que me conocéis y a los que no también,
todo es posible si no deambulamos en el camino.
Las cosas nos suceden, tal vez por un motivo,
tal vez debamos aprender aquello que nuestra mente no ve.
Tiempo atrás estuve muy enferma,
fueron años de mucho sufrimiento,
mi cuerpo no reaccionaba y mi mente se bloqueaba
en un mundo de horror.
Rabia, enfado e impotencia
se reflejaban en mi dolor.
Las alegrías no existían y la vida no tenía color.
Medicación y más medicación,
no había tregua en mi corazón,
que se ocultaba en un cuerpo
hastío de dolor.
Imposible levantarme,
también el lavarme.
Imposible ir a la compra,
imposible vestirse sola.
Ayuda para comer,
ayuda para beber,
para levantar el brazo
o para dar un paso.
Necesitará bastón para caminar,
mecanismos de apertura fácil
para todas las puertas,
medicación para toda la vida,
que se olvide de soñar.
Pues eso no es así!
Mi sueño yo seguí,
luché y sufrí hasta llegar aquí,
fui sorda a quién decía que NO,
escuché a quién decía que SI
y sobretodo,
me escuché a MI.

Han pasado ocho años
y aún me queda mucho por hacer.
He sustituido la incapacidad laboral,
he sido directora, secretaria, educadora
e incluso repartidora.
He bailado, saltado, nadado…
…todo muy despacio.
Esta es una foto de mi última travesía,
subí a los Picos de Europa,
bajé diez de sus catorce kilómetros caminando,
para los excursionistas tal vez no es mucho,
para mí, todo un reto.
Hace ocho años empecé caminando cinco metros,
hoy camino diez kilómetros,
hace ocho años no podía doblar las rodillas,
ahora voy en bicicleta todos los días.
Hace ocho años no podía sostener una barra de pan,
hoy salgo a la montaña cargada con mi mochila.
Hace ocho años creí que la vida era horrorosa,
hoy pienso que es muy hermosa.
A menudo la mejor medicina
no es la que te recetan,
a menudo la mejor medicina,
es uno mismo.
Yo he aprendido,
que la lucha te lleva a un mejor destino,
que la sonrisa es la mejor aspirina,
que la bondad hace que el corazón se abra,
que el agradecimiento es la base del perdón,
que el rencor daña nuestro humor.
Y he aprendido que de todo lo malo,
hay algo bueno,
que las equivocaciones
son un paso adelante.
Y he decidido vivir más
y quejarme menos.
A todos vosotros os quiero decir,
que todo lo que necesitamos
reside en nuestro interior.
Yo he conseguido,
lo que médicos daban por imposible,
somos nosotros los que decidimos
qué es posible.