dijous, 17 de gener del 2008

LA FUENTE DE LA VIDA


Días atrás fui a buscar la nieve, subí hasta casi Andorra, pero allí no había nieve.
Al mirar fotografías no demasiado antiguas, recuerdo pocos años atrás jugando con un trineo que fabricábamos con bolsas de basura. Recuerdo las ramas de los árboles blancas y las fuentes congeladas.
Ayer de nuevo, pasé el día en la montaña, estuve por la sierra de Prades, pero tampoco encontré lo que buscaba. Le faltaba un color al ambiente, le faltaba un aroma natural, le sobraba la sequedad.
Estuve también en el pantano de Siurana, que imagen tan triste la de un pozo casi vacío, como el pantano de Oliana por el que días atrás pasé.
Recuerdo una ocasión unos 10 años atrás, se me hizo la noche subiendo a Andorra, llovía y apenas se veía. Recuerdo mirar por la ventana y ver el pantano de Oliana a rebosar, me asusté pensando que el pantano iba a desbordar pero ahora sé que eso es imposible, el pantano está prácticamente vacío.
Cuando era pequeña estuve en Sau, mi padre me contaba que en el pantano había un pueblo sumergido y que en los días en los que bajaba el nivel del agua, se podía ver el campanario. Ahora uno puede pasear por el antiguo pueblo de Sau y entrar en el campanario porque el pantano está prácticamente vacío.
Nos estamos quedando sin agua y los humanos somos en gran parte responsables de este cambio climático. Las primaveras son más pobres. Es en los bosques donde se cosecha el agua para todos nosotros. ¿Por qué entonces no dejamos de talar tantos árboles?
Ahora hay quienes piensan que se está haciendo tarde, hay quienes piensan que podemos ayudar, pero hay quienes no piensan y no dejan de mal actuar.
Yo creo que si a la naturaleza se la llamó Madre, no fue al azar. La vida surgió del agua y sin ella no existiríamos, ¿Qué pasará entonces cuando no nos quede?
Ya sabemos cuál es la respuesta.
No sé cuál es la manera de concienciar a todas y cada una de las personas de la importancia de cuidar de nuestro planeta, creo que ya se han escrito muchas palabras acerca de cómo hacerlo, solo falta que muchos quieran escucharlas.
Pero sí creo, que si todos ponemos de nuestra parte daremos esperanza a nuestro futuro.
Yo no quiero vivir de fotografías en la montaña y que mis hijos me pregunten -¿Qué es ese color verde?-
¿Y tú?, ¿quieres?
La solución a un problema empieza por uno mismo.